lunes, 28 de septiembre de 2009

ABAJO LA INDIFERENCIA. NO MAS URIBE.


Mientras el país se descose institucionalmente, mientras la inmoralidad reina como norma del comportamiento en las grandes esferas de la dirigencia política, mientras se coacciona a la justicia para que reine la impunidad, mientras se prostituyen los más íntimos valores fundadores de una nación que se dice digna, mientras todo eso ocurre, señora, señor, compañero, compañera, no mire para otro lado, todo esto tiene que ver con usted.

Cada vez más, muchos millones de colombianos se sienten extranjeros en su propia tierra. Por fuera de la circulación social, por fuera del mercado de trabajo, por fuera del sistema de salud, por fuera del sistema educativo, por fuera de toda institucionalidad, que puesta al servicio del ego presidencial de un presidente indigno, cipayo y anti patria, y de un régimen corrompido, sin ninguna presentación moral ni ética, cuya desvergüenza traspasa ya todas las fronteras.

Mientras eso pasa, señor obrero, compañera vendedora, señora enfermera, señor vendedor ambulante, compañero sindicalista, mi hermano indígena, mi negramenta de Tumaco y Buenaventura, todo esto tiene que ver con ustedes, todo eso tiene que ver con nosotros, entonces no miremos para el otro lado, venga ese abrazo hermano para que muera la indiferencia.

Cada vez somos más pobres en Colombia, mientras una minoría sigue siendo cada vez más rica, mucho más gente vende en los semáforos, muchos más duermen en las calles, y otros tantos, cinco millones de desplazados se siente sin patria y sin que nadie les reconozca sus derechos.

La versión oficial del gobierno es que la pobreza se ha reducido en Colombia, mentira pura, lo que no nos dicen es que, a su amaño el gobierno cambio los parámetros e indicadores de pobreza, y con esa magia estadística, desaparecieron muchos pobres, pero no porqué se redujo la pobreza como se pregona.

Esos pobres desaparecieron porque ahora son miserables. Los miserables en Colombia, según datos publicados en la Revista Dinero -que no es una revista de la insurgencia- la pobreza en Colombia alcanza el 46% de la población, estamos hablando de más de 22 millones de colombiano pobres, y miremos ahora la miseria, ésta alcanza el 17.8% de la población colombiana, es decir 8.544.000 de colombianos son miserables, si sumamos pobres y miserables, somos sin ninguna un ejército poderoso de pobres, entonces porque miramos para otro lado, esta realidad nos competen, y mientras ello ocurre, el uribito Arias, sin sonrojarse encuentra legitimo que el Estado subsidie a los ricos latifundistas e industriales con el famoso programa “Programa Agro Ingreso Seguro”. http://www.youtube.com/watch?v=wqXf8dTcVbg Esta realidad es con usted mi hermano campesino, con usted mi compañero obrero, con usted compañero estudiante, con usted mi parcero del barrio, así que, no mire para otro lado. Luchemos contra la indiferencia.

Mientras el dirigente sindical es asesinado por su actividad, mientras el defensor de DDHH es sindicado de terrorista por su labor, mientras los estudiantes son estigmatizados como terroristas, mientras los indígenas son masacrados por las multinacionales y la complicidad del estado y sus aparatos militares, mientras las comunidades negras son condenadas al olvido social, usted compañero, amigo, vecino, señora, señorita, ustedes no puede mirar para el otro lado como si nada pasa, ésta realidad es con usted. Abajo la indiferencia.

Escuchando el grito del profesor Moncayo contra la indiferencia, gritemos todos contra aquellos que piensan que en Colombia no pasa nada, que somos el país más feliz del mundo, sin empleo, con servicios públicos caros, con impuestos prediales caros, con más impuestos para la guerra, con la privatización de la salud, con la privatización de la educación nacional. Mientras usted guarda un silencio cómplice, y una indiferencia tan cómplice como el silencio, venga hermano infórmese sobre el país que vivimos, hagamos una cadena contra la indiferencia.

Cuando el drama del desplazado sin techo para su hijos nos interpele, cuando el derecho a la tierra de los indígenas y campesinos nos interese, cuando nos produzca indignación la corrupción del Estado y su régimen mafioso, cuando nos interpele que el salario no nos alcanza, que el arriendo se paga mañana y el bolsillo está pelado, cuando miremos a los ojos a los hijos de los desaparecidos y asesinados por el régimen, cuando esa mirada nos interpele, estaremos empezando la cadena de lucha contra la indiferencia.

Venga mi hermano con ese abrazo solidario, abajo la indiferencia.

Imprima y difunda esta nota para él que no tiene internet, ni computador, corra la voz, la lucha contra la indiferencia ha comenzado.
Por el intercambio humanitario YA.
Por la salida política al conflicto colombiano
No a las bases militares gringas.
Por la libertad de los prisioneros políticos colombianos.
Por la liberación inmediata del cabo Moncayo.
Contra el régimen corrupto y paramilitar, abajo la indiferencia.
No mires pa’ otro lado, está es tu realidad, abajo la indiferencia.

FUENTE: ANNCOL, YOU TUBE, NOTICIAS UNO, REVISTA CAMBIO

domingo, 27 de septiembre de 2009

PARA QUE NO COMA CUENTO.

FERNANDO VALLEJO, LA VOZ QUE RETUMBA EN LA CONCIENCIA DE MUCHOS URIBESTIAS Y TORCIDOS POLITICOS DE COLOMBIA. OJALA QUE MILES DE COLOMBIANOS QUE VIVEN IDIOTIZADOS CREYENDO EN LAS POLITICAS DE ALVARO URIBE, SIRVIENDO DE IDIOTAS UTILES SE PELLIZQUEN Y SALGAN DE ESE ESTADO HIPNOTICO EN QUE LOS TIENEN SUMIDO LOS MEDIOS CORRUPTOS DE COLOMBIA. NO MAS ALVARO URIBE. COLOMBIA MERECE VIVIR EN PAZ



Maestro, ahora es Doctor. ¿Qué significa para usted un Honoris Causa?
No me lo esperaba. La verdad yo no sabía que eso todavía existía, pensé que eran cosas de la Colombia de antes.
El Consejo Superior Universitario exaltó el valor de su obra literaria, no sólo en Colombia sino en Hispanoamérica. ¿Qué opina?
Muy generoso.
También habló de las estructuras de sus obras, del estilo, de la construcción narrativa.
Me imagino que se refiere a la prosa porque una cosa es ser un buen prosista y otra un buen escritor
¿Usted qué se considera?
Ninguno de los dos, pero sí tengo clara la diferencia. Por ejemplo, Mujica Lainez, el argentino, para mí es el más grande prosista de nuestro idioma y tal vez el más grande escritor siga siendo Cervantes.
¿Cómo evalúa el conjunto de su obra?
Eso que lo evalúen los demás. Yo las cosas que escribo las olvido. Una de las razones mías para escribir es pasar al papel recuerdos olvidarlos.
Su discurso literario surge luego de una larga etapa de estudio que se comprueba en Logoi, su gramática del lenguaje literario. ¿Es así?
Yo de niño estudiaba gramática. Me sabía la de Bello con las notas de Cuervo. Leía todo tipo de gramáticas; las de Nebrija, Salvat, Gili Gaya. Me hacía la ilusión de que me iban a enseñar a escribir, pero ninguna se había dado cuenta de una distinción elementalísima: que en todo idioma hay dos formas de uso casi opuestas, la de la lengua hablada y la de la lengua escrita. Estudié filosofía y letras y los profesores no eran lectores y nadie enseña lo que no sabe. Di muchas vueltas por la vida, pasé por el cine y finalmente a los 40 años empecé a sistematizar una infinidad de fórmulas, basado en los grandes escritores de la historia. Fue mi primer libro.
Fue agarrar ese corsé, como llama García Márquez a la gramática, y adaptarlo a su yo.
Sí. El problema es que esa distinción entre lo coloquial y lo literario hoy en día se está borrando porque los escritores escriben en un lenguaje muy pobre, sin ritmo, sin sonoridades, sin sintáxis.
¿Es culpa sólo de los escritores o del afán comercial de las editoriales?
Las editoriales no están presionando a nadie. Los escritores tienen mucha prisa en escribir, no sé por qué. Tendrán mucho que contar o tendrán una ambición muy desmedida.
La Universidad Nacional también valoró la controversia que genera su obra. ¿Por qué ven esa fortaleza en sus 15 libros?
No lo sé. Las novelas que he escrito, que son de primera persona y podrían parecer autobiográficas, si generan controversia es porque la que genera controversia es la vida mía. En cuanto a las opiniones mías, son ajenas a la literatura, yo no me valgo de ella para sostener tesis.
¿Se considera “conciencia crítica del país”?
Esa es una buena voluntad para conmigo. Yo no me considero la conciencia de Colombia. No sé si Colombia tenga conciencia, yo creo que no la tiene, Colombia ya la perdió si es que algún día la tuvo. Y no sólo no tiene conciencia sino que no tiene memoria.
¿Un país de inconscientes?
Un país de aficionados al fútbol, alucinados y desbordados por una realidad caótica, angustiosa, terrorífica, que nos rebasó a todos.
En todo caso esa crítica permanente a Colombia, con la que unos se identifican y otros le critican a usted, recorre toda su obra, desde Los días azules hasta El desbarrancadero.
Para llegar a decir que la patria de uno es una mala madre se necesita tiempo de haberlo visto. Eso no quiere decir que uno no la quiera. No puede ser buena madre un país que ha echado a tres millones de sus hijos, un país que ha desplazado a cuatro millones y los dejó sin tierra ni casa, un país con millones de desempleados, cuya población vive casi toda en la desesperanza, en la miseria económica, cultural, espiritual. A quién se la tenemos que atribuir, ahí está el asunto. A quienes nos han dirigido desde que nos separaron de España: la clase política y la Iglesia Católica. Ellos son los culpables del desastre que es Colombia.
¿Según usted nuestro sino es un rumbo cada vez más oscuro?
Yo lo veo así porque no nos vamos a poder desembarazar de la clase política. Aunque siempre ha sido mezquina, en la época de la Independencia algo de honorabilidad tenía. En cambio la clase política colombiana de este momento es vil, rapaz, cínica, miserable, despreciable y lo que es peor, ha hundido a Colombia en su vileza.
¿No se salva nadie?
Usted de todos los políticos colombianos no hace uno. Ambiciosos del poder que se las dan de servidores públicos cuando en realidad son aprovechadores públicos, van detrás de los puestos con la única aspiración de subir en la jerarquía burocrática.
¿Qué opina de los precandidatos presidenciales?
Cómo pretende esta gentucita tener el descaro de pensar que pueden dirigir el destino de 44 millones de personas. ¿Quiénes son ellos? ¿Qué han hecho sino subir en la escalera de la burocracia?
Según las encuestas, si pasa el referendo, la mayoría de los colombianos volvería a reelegir a Álvaro Uribe.
Yo he oído decir muchas veces que este señor que tenemos ahora es el mejor presidente de Colombia. Es una frase estúpida, hecha a la ligera, con desconocimiento total porque la gente no sabe la lista de presidentes colombianos del siglo XIX, ni siquiera de los últimos 30 años. No podemos hablar de mejor cuando todo es malo, tendríamos que decir el menos malo. En este caso creo que es de los más malos, uno de los más viles y uno de los más ruines.
¿Por qué?
Porque es un hombre de pasado tenebroso, inculto, mentiroso, que invoca el nombre de Dios, el Espíritu Santo, la religión como si fuera cura. Que atropella a uno y a otro, que comete errores garrafales, es un inepto. Colombia en los años que lleva gobernándonos se ha derrumbado totalmente. Desde lo que habían dejado los bellacos que lo presidieron, muy en especial César Gaviria y Andrés Pastrana, hemos ido más hacia el abismo. Colombia es más inculta que cuando él entró, tiene más pobres que cuando él entró, Colombia es más caótica. Todo se basa en el cuento que está venciendo a la guerrilla y a qué costo. Mire el costo de los golpes que da este sinvergüenza que no está capacitado para presidir ni el Gobierno ni las Fuerzas Armadas.
¿A cuáles golpes se refiere?
Por ejemplo atacar al Ecuador. Cómo puede hacerlo provocando un conflicto, olvidándose de que allá viven 600 mil colombianos que Colombia echó. Se olvidó que si a este país lo sostiene algo son las remesas de los exiliados, a los cuales nunca menciona como si fuera mérito suyo mantener la economía.
Pero las cifras del gobierno hablan de reducción de secuestros y de violencia guerrillera, del éxito de la seguridad democrática.
Pero cuál democracia si aquí no hay más democracia que las camarillas que tienen una maquinaria electorera. Son los que deciden por el resto o es que alguien puede competir con ellos. Si usted es una persona honorable, con capacidad, que surja de una universidad, ¿podría subir? Es imposible porque tienen todo comprado. Y cuál seguridad si este es el país más inseguro. Vaya para que vea al centro de Medellín.
¿Qué ha visto en su típica caminata entre su casa y el parque Bolívar, a donde le gusta ir a saludar a sus amigos?
Una ciudad que ya no es la nuestra. La miseria total. Niños de 12 o 13 años con hermanitos de cuatro papás distintos y no conocen ni al propio. Medellín se le volvió a ir de las manos. En el parque Bolívar hay un CAI de policías bachilleres desarmados, apenas con garrote. Atracan a la gente delante de ellos porque yo lo he visto con mis ojos. A veces agarran a un cuchillero, lo meten dos días a la cárcel, después lo dejan ir y si le han hecho algo regresa y los acuchilla. A la autoridad ya no la respetan, no tenemos autoridad, las Fuerzas Armadas desaparecieron, también el Estado, han dejado inerme a Colombia.
Pero en las selvas la guerrilla está cercada.
Con ese cuentecito nos tienen desde hace seis años. A la guerrilla no la ha vencido, a ‘Tirofijo’, el primer hampón de Colombia, lo dejó morir impune, no fue capaz de agarrarlo. Tampoco ha podido con el ‘Mono Jojoy’, a ‘Raúl Reyes’ lo mató causándonos un problema internacional con el más fraternal país hermano de Colombia. Es muy fácil dar la orden de ir a atacar al otro sin pedirle permiso al otro presidente. Y con eso vive armando manifestaciones, azuzándolas para que redunden en provecho de su imagen mientras Colombia se sigue derrumbando.
Las cifras oficiales también hablan de una recuperación de la economía.
La industria colombiana no ha avanzado. Aquí la construcción se mueve por las remesas de los colombianos, ni siquiera por el narcotráfico sino por el sudor de la frente de los exiliados que dejaron su país y arruinaron sus vidas.
Álvaro Uribe es antioqueño como usted, ¿cuánto lo conoce para evaluarlo de esa manera?
No lo conozco y lo considero una vergüenza de Antioquia, como Pablo Escobar, una desgracia que Colombia haya producido un hombre tan despreciable.

FUENTE: EL ESPECTADOR.COM

jueves, 10 de septiembre de 2009


Álvaro Uribe Vélez, sin lugar a dudas millones de colombianos te recordaremos, por supuesto no como aquel presidente que se preocupo por las necesidades más básicas de su pueblo, no como aquel hombre correcto y pulcro que se jacta ser digno representante de su pueblo, no como aquel hombre de bien que defiende los intereses de su pueblo aún por encima de los suyos propios, no te recordaremos como símbolo de humildad, ni como ejemplo, ni como algo parecido. todo lo contrario con tu conducta has demostrado que eres el ser más egoísta que en lo personal y luego de un profundo análisis pueda recordar en mucho tiempo, eres capaz de destruir a todo aquel que se interponga en tus oscuros intereses, comulgas con Dios y con el diablo al mismo tiempo todo en aras de lograr tus planes de perpetuidad.

Te interesa un comino ver a miles de personas con carencias de todo tipo, mientras tú, tu familia y tu circulo a quien defiendes duermen plácida y tranquilamente sin que su cochina conciencia sea capaz de inmutarse al menos en lo más mínimo.tu y tus cómplices "uribestias y bananas" quienes te siguen tal vez lo hacen por simple conveniencia, no quisiera creer que existe tanta gente que no sea capaz siquiera de cuestionarse acerca de tu oscuro pasado, de todas las porquerías que has cometido, no lo creo, prefiero pensar que son una sarta de simples ignorantes quienes no tienen la culpa en dejarse llevar por simple fanatismo.
La necesidad que tiene el pueblo colombiano por un verdadero líder ha llevado erróneamente a muchos a tomar a alguien que se ha enfrascado ciegamente en una lucha unidireccional, estéril e infructífera como su líder, sin darse cuenta de que lo único que persigues es el poder para ti, tu familia y los de tu clase.

Como puede alguien dormir tranquilo en un país en el que seguramente en este mismo momento hay miles que no han podido llevar a su mesa una pieza de pan con agua de panela, en un país en que cada día los millonarios son mas millonarios y los pobres cada día más pobres, parece que el destino nos jugara una mala pasada a los pobres de mi patria, que somos la mayoría, la mayoría que eligió su destino en las urnas y que hoy tiene que pagar con sus propios hijos y sangre las consecuencias de esta mala elección. Seguramente en toda América latina existe pobreza, pero estoy muy seguro que hasta en la pobreza hay diferencias y la pobreza que se vive en Colombia es una pobreza extrema, amangualada por los mismos pobres, fatal e irónico circulo vicioso.

Hay quien dice que los pueblos tienen a los gobernantes que se merecen, pero creo que este no es el caso de Colombia, los gobiernos corruptos se han encargado de hacer que la educación de calidad sea exclusiva de las grandes élites burgueses y mantienen al pueblo sumiso y ciego, tal cual lo necesitan un pueblo con hambre y sin educación, la fórmula perfecta para convencerlos fácilmente de que cualquier idea por mas bestial que sea parezca un paraíso.Pero como dice el dicho no hay mal que dure cien años y aunque Álvaro Uribe lo intente no lo logrará por que solo el pueblo salva al pueblo.

Colombiano, basta ya de tomar malas decisiones, tienes en tus manos la herramienta más poderosa que tiene el pueblo: EL VOTO, el poder de decidir, de pedir cambio, de decir basta, tú decides si quieres continuar como hasta el momento o realmente quieres un verdadero cambio.

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