domingo, 27 de septiembre de 2009

PARA QUE NO COMA CUENTO.

FERNANDO VALLEJO, LA VOZ QUE RETUMBA EN LA CONCIENCIA DE MUCHOS URIBESTIAS Y TORCIDOS POLITICOS DE COLOMBIA. OJALA QUE MILES DE COLOMBIANOS QUE VIVEN IDIOTIZADOS CREYENDO EN LAS POLITICAS DE ALVARO URIBE, SIRVIENDO DE IDIOTAS UTILES SE PELLIZQUEN Y SALGAN DE ESE ESTADO HIPNOTICO EN QUE LOS TIENEN SUMIDO LOS MEDIOS CORRUPTOS DE COLOMBIA. NO MAS ALVARO URIBE. COLOMBIA MERECE VIVIR EN PAZ



Maestro, ahora es Doctor. ¿Qué significa para usted un Honoris Causa?
No me lo esperaba. La verdad yo no sabía que eso todavía existía, pensé que eran cosas de la Colombia de antes.
El Consejo Superior Universitario exaltó el valor de su obra literaria, no sólo en Colombia sino en Hispanoamérica. ¿Qué opina?
Muy generoso.
También habló de las estructuras de sus obras, del estilo, de la construcción narrativa.
Me imagino que se refiere a la prosa porque una cosa es ser un buen prosista y otra un buen escritor
¿Usted qué se considera?
Ninguno de los dos, pero sí tengo clara la diferencia. Por ejemplo, Mujica Lainez, el argentino, para mí es el más grande prosista de nuestro idioma y tal vez el más grande escritor siga siendo Cervantes.
¿Cómo evalúa el conjunto de su obra?
Eso que lo evalúen los demás. Yo las cosas que escribo las olvido. Una de las razones mías para escribir es pasar al papel recuerdos olvidarlos.
Su discurso literario surge luego de una larga etapa de estudio que se comprueba en Logoi, su gramática del lenguaje literario. ¿Es así?
Yo de niño estudiaba gramática. Me sabía la de Bello con las notas de Cuervo. Leía todo tipo de gramáticas; las de Nebrija, Salvat, Gili Gaya. Me hacía la ilusión de que me iban a enseñar a escribir, pero ninguna se había dado cuenta de una distinción elementalísima: que en todo idioma hay dos formas de uso casi opuestas, la de la lengua hablada y la de la lengua escrita. Estudié filosofía y letras y los profesores no eran lectores y nadie enseña lo que no sabe. Di muchas vueltas por la vida, pasé por el cine y finalmente a los 40 años empecé a sistematizar una infinidad de fórmulas, basado en los grandes escritores de la historia. Fue mi primer libro.
Fue agarrar ese corsé, como llama García Márquez a la gramática, y adaptarlo a su yo.
Sí. El problema es que esa distinción entre lo coloquial y lo literario hoy en día se está borrando porque los escritores escriben en un lenguaje muy pobre, sin ritmo, sin sonoridades, sin sintáxis.
¿Es culpa sólo de los escritores o del afán comercial de las editoriales?
Las editoriales no están presionando a nadie. Los escritores tienen mucha prisa en escribir, no sé por qué. Tendrán mucho que contar o tendrán una ambición muy desmedida.
La Universidad Nacional también valoró la controversia que genera su obra. ¿Por qué ven esa fortaleza en sus 15 libros?
No lo sé. Las novelas que he escrito, que son de primera persona y podrían parecer autobiográficas, si generan controversia es porque la que genera controversia es la vida mía. En cuanto a las opiniones mías, son ajenas a la literatura, yo no me valgo de ella para sostener tesis.
¿Se considera “conciencia crítica del país”?
Esa es una buena voluntad para conmigo. Yo no me considero la conciencia de Colombia. No sé si Colombia tenga conciencia, yo creo que no la tiene, Colombia ya la perdió si es que algún día la tuvo. Y no sólo no tiene conciencia sino que no tiene memoria.
¿Un país de inconscientes?
Un país de aficionados al fútbol, alucinados y desbordados por una realidad caótica, angustiosa, terrorífica, que nos rebasó a todos.
En todo caso esa crítica permanente a Colombia, con la que unos se identifican y otros le critican a usted, recorre toda su obra, desde Los días azules hasta El desbarrancadero.
Para llegar a decir que la patria de uno es una mala madre se necesita tiempo de haberlo visto. Eso no quiere decir que uno no la quiera. No puede ser buena madre un país que ha echado a tres millones de sus hijos, un país que ha desplazado a cuatro millones y los dejó sin tierra ni casa, un país con millones de desempleados, cuya población vive casi toda en la desesperanza, en la miseria económica, cultural, espiritual. A quién se la tenemos que atribuir, ahí está el asunto. A quienes nos han dirigido desde que nos separaron de España: la clase política y la Iglesia Católica. Ellos son los culpables del desastre que es Colombia.
¿Según usted nuestro sino es un rumbo cada vez más oscuro?
Yo lo veo así porque no nos vamos a poder desembarazar de la clase política. Aunque siempre ha sido mezquina, en la época de la Independencia algo de honorabilidad tenía. En cambio la clase política colombiana de este momento es vil, rapaz, cínica, miserable, despreciable y lo que es peor, ha hundido a Colombia en su vileza.
¿No se salva nadie?
Usted de todos los políticos colombianos no hace uno. Ambiciosos del poder que se las dan de servidores públicos cuando en realidad son aprovechadores públicos, van detrás de los puestos con la única aspiración de subir en la jerarquía burocrática.
¿Qué opina de los precandidatos presidenciales?
Cómo pretende esta gentucita tener el descaro de pensar que pueden dirigir el destino de 44 millones de personas. ¿Quiénes son ellos? ¿Qué han hecho sino subir en la escalera de la burocracia?
Según las encuestas, si pasa el referendo, la mayoría de los colombianos volvería a reelegir a Álvaro Uribe.
Yo he oído decir muchas veces que este señor que tenemos ahora es el mejor presidente de Colombia. Es una frase estúpida, hecha a la ligera, con desconocimiento total porque la gente no sabe la lista de presidentes colombianos del siglo XIX, ni siquiera de los últimos 30 años. No podemos hablar de mejor cuando todo es malo, tendríamos que decir el menos malo. En este caso creo que es de los más malos, uno de los más viles y uno de los más ruines.
¿Por qué?
Porque es un hombre de pasado tenebroso, inculto, mentiroso, que invoca el nombre de Dios, el Espíritu Santo, la religión como si fuera cura. Que atropella a uno y a otro, que comete errores garrafales, es un inepto. Colombia en los años que lleva gobernándonos se ha derrumbado totalmente. Desde lo que habían dejado los bellacos que lo presidieron, muy en especial César Gaviria y Andrés Pastrana, hemos ido más hacia el abismo. Colombia es más inculta que cuando él entró, tiene más pobres que cuando él entró, Colombia es más caótica. Todo se basa en el cuento que está venciendo a la guerrilla y a qué costo. Mire el costo de los golpes que da este sinvergüenza que no está capacitado para presidir ni el Gobierno ni las Fuerzas Armadas.
¿A cuáles golpes se refiere?
Por ejemplo atacar al Ecuador. Cómo puede hacerlo provocando un conflicto, olvidándose de que allá viven 600 mil colombianos que Colombia echó. Se olvidó que si a este país lo sostiene algo son las remesas de los exiliados, a los cuales nunca menciona como si fuera mérito suyo mantener la economía.
Pero las cifras del gobierno hablan de reducción de secuestros y de violencia guerrillera, del éxito de la seguridad democrática.
Pero cuál democracia si aquí no hay más democracia que las camarillas que tienen una maquinaria electorera. Son los que deciden por el resto o es que alguien puede competir con ellos. Si usted es una persona honorable, con capacidad, que surja de una universidad, ¿podría subir? Es imposible porque tienen todo comprado. Y cuál seguridad si este es el país más inseguro. Vaya para que vea al centro de Medellín.
¿Qué ha visto en su típica caminata entre su casa y el parque Bolívar, a donde le gusta ir a saludar a sus amigos?
Una ciudad que ya no es la nuestra. La miseria total. Niños de 12 o 13 años con hermanitos de cuatro papás distintos y no conocen ni al propio. Medellín se le volvió a ir de las manos. En el parque Bolívar hay un CAI de policías bachilleres desarmados, apenas con garrote. Atracan a la gente delante de ellos porque yo lo he visto con mis ojos. A veces agarran a un cuchillero, lo meten dos días a la cárcel, después lo dejan ir y si le han hecho algo regresa y los acuchilla. A la autoridad ya no la respetan, no tenemos autoridad, las Fuerzas Armadas desaparecieron, también el Estado, han dejado inerme a Colombia.
Pero en las selvas la guerrilla está cercada.
Con ese cuentecito nos tienen desde hace seis años. A la guerrilla no la ha vencido, a ‘Tirofijo’, el primer hampón de Colombia, lo dejó morir impune, no fue capaz de agarrarlo. Tampoco ha podido con el ‘Mono Jojoy’, a ‘Raúl Reyes’ lo mató causándonos un problema internacional con el más fraternal país hermano de Colombia. Es muy fácil dar la orden de ir a atacar al otro sin pedirle permiso al otro presidente. Y con eso vive armando manifestaciones, azuzándolas para que redunden en provecho de su imagen mientras Colombia se sigue derrumbando.
Las cifras oficiales también hablan de una recuperación de la economía.
La industria colombiana no ha avanzado. Aquí la construcción se mueve por las remesas de los colombianos, ni siquiera por el narcotráfico sino por el sudor de la frente de los exiliados que dejaron su país y arruinaron sus vidas.
Álvaro Uribe es antioqueño como usted, ¿cuánto lo conoce para evaluarlo de esa manera?
No lo conozco y lo considero una vergüenza de Antioquia, como Pablo Escobar, una desgracia que Colombia haya producido un hombre tan despreciable.

FUENTE: EL ESPECTADOR.COM

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